Los amantes de los animales, inevitablemente, no podemos echar la vista atrás o desentendernos cuando vemos un perro en la calle aparentemente perdido o abandonado. Necesitamos ayudarle. Pero, ¿realmente todos los perros de la calle necesitan ser rescatados?
Evidentemente hay muchos factores a tener en cuenta a la hora de recoger a ese animal, no solo plantearnos qué hacer con él o cómo actuar una vez lo cojamos, también debemos plantearnos qué es lo mejor para ese individuo. Hay muchos aspectos a analizar, y evidentemente no es lo mismo encontrarse un animal en un parque de ciudad, en una calle concurrida del centro, en un pueblo pequeño o en medio del campo.
Pensemos cómo y por qué ha llegado ese animal a esa situación, ¿abandono?, ¿perdida?, ¿nació en estado salvaje?, ¿es un perro pastor que vive libre en el campo?
Hay muchos perros que, aunque no tengan una cama caliente, casa o comida de calidad, viven mucho mejor libres y salvajes y con niveles de estrés más bajos. Es el caso por ejemplo de muchos perros de pueblos que viven sueltos, todos los vecinos los dan de comer, tienen donde dormir y son libres de elegir qué hacer y dónde ir cada día. O el caso de los perros pastores, no por vivir en establos su calidad de vida es peor. Según el lugar, nos puede indicar la naturalidad de ese animal, hay ciudades, por ejemplo Estambul, con gran numero de perros ferales, y además la mayoría de ellos controlados.
Por supuesto, hay casos de perros en estado muy crítico que necesitan sí o sí ser rescatados.
Paralelamente también debemos plantearnos los recursos que tenemos si rescatamos a ese animal, ¿Podemos introducirle en casa? ¿Podemos llevarle al veterinario y costear su salud? Habrá perros que necesiten tratamientos urgentes y de precios muy elevados, ¿Cuánto tiempo podré tenerle en casa?, ¿Alguna protectora podrá ayudarme? La gran mayoría de protectoras están desbordadas, y por recursos se pueden ver obligadas a rechazar ciertos animales o "ponerles en lista de espera" para cuando puedan atenderles.
Muchas personas con buenas intenciones, pero pocos recursos, recogen y recogen animales de la calle y acaban generando situaciones poco salubres para ellos y de mucho estrés, como es el caso de los Síndromes de Noé.
Todo depende del contexto. Debemos analizar todos los factores antes de coger un animal de la calle.
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